Cuerpo sano: Mente sana
- Verónica Mariñez
- 9 abr 2018
- 2 Min. de lectura

La salud integral tiene bastante relación con nuestra calidad de vida.
Se trata de un estado positivo de vitalidad que nos ayuda a desenvolvernos adecuadamente y en armonía. Para lograrlo es importante educarnos referente al tema, aprender técnicas y así poder gozar de sus beneficios.
En primer lugar debemos tener en cuenta que cuando se habla de salud integral nos estamos refiriendo al buen estado del ser en general, entiéndase cuerpo, mente, emociones y espíritu. Para alcanzar un óptimo funcionamiento en el organismo, el equilibrio interno es necesario, se recomienda llevar un estilo de vida con hábitos saludables, además de adoptar medidas preventivas y visitas periódicas al médico.
Implementar un conjunto de medidas en la alimentación como llevar una dieta balanceada es algo básico. Incluso es necesario llevar un control sin padecer problemas de sobrepeso. Pero ¡cuidado!, es recomendable visitar un dietista para que nos oriente cuál será la dieta más indicada para el metabolismo, porque hay que tener presente que cada organismo es distinto y por consiguiente se tiene diferentes requerimientos.
¿Cómo lograr una salud integral?
La práctica regular de actividad física, como paseos a pie o en bicicleta, tareas domésticas, familiares y comunitarias, son ocupaciones básicas que nos ayudan a evitar el sedentarismo. Se estima que con 150 minutos semanales de actividad física aeróbica, de intensidad moderada es suficiente para maternos vigorosos y saludables.
Respetar las 8 horas de sueño nocturno diarias beneficia la salud cardiovascular, influyendo en procesos cognitivos para la consolidación de la memoria y trae grandes beneficios para el aprendizaje. Los desbarajustes de sueño pueden traer consecuencias graves como descontrol en nuestro peso y metabolismo, alterando la forma en que nuestro organismo procesa los carbohidratos generando alteración en los niveles de hormonas, atrayendo consigo otros efectos negativos al sistema inmunológico.
Existen diversas disciplinas como Yoga, Meditación Zen, Danzaterapia, Tai-chi que siguen el principio de “mente sana cuerpo sano”. La relación que tengamos con nuestro cuerpo y pensamiento determinara muchas veces el estado de salud en el que nos encontremos.
Una mentalidad positiva nos puede llenar de bienestar hasta el alma, mientras que una persona en la que predominan emociones como angustia, ansiedad, tristezas y bravura es más propensa a que sufra enfermedades.
Tenemos que estar consiente que para conseguir salud integral es preciso que exista equilibrio y control para que esto perdure a través del tiempo. De nada sirve esforzarnos en un solo aspecto mientras descuidamos otro. Llevemos una vida equilibrada, porque esto nos ayudara a tener resultados óptimos.
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